¿Por qué? ¿Por qué me pregunto cosas a mi mismo? ¡Si no las se!... Bueno hoy me pregunto a mi mismo… ¿me pueden gustar los cantautores si no estoy despechao?
Porque yo llego a casa feliz y con ganas de oír música, para animarme, como hace todo el mundo… Pero aparece Pedro Guerra y me cuenta que le han dejao… y a Tontxu… y a Ismael Serrano también. Que yo digo… Si la mayoría de estos tíos están felizmente casados, ¿Cómo puede ser que les dejen todas las semanas?
Pero claro, yo no dejare de oírlos. Porque si un día llego a casa triste y oigo un disco de Ismael Serrano, siempre puedo decir… ¡Mira! ¡Uno que esta peor que yo! Pero hoy estoy contento… bien… pse… normal… y puestos a oír una canción de despecho, pues que me lo cuenten de otra forma. Señoras y señores un aplauso para Javier Krahe!
Días de playa
Ahora que tus besos no son cosa mía,
que escribes con otro tu autobiografía
mientras yo recuento las olas del mar
tumbado en la arena de una suave duna,
que si tropecientas, que si mil y una...
y a ver si con esas consigo olvidar
que arrancaste de cuajo
mi corazón sin fe,
pero aún con latido.
Mira, un escarabajo
que bordea mi pie...
ya se va... ya se ha ido...
Rompe cada ola dándose importancia.
Mal mirado, el mar es una redundancia,
pero es refrescante, y hace tanto sol...
que, antes de que, ardiente, te envíe un saludo,
a nadar me llevo mi cuerpo desnudo
y un ratito a braza... y un ratito a crawl...
y, después, hago el muerto
y me dejo mecer...
¡que placer cuando flotas!
Si tu amor es inciertono es incierto el placer.
Y, en lo alto, gaviotas...
Bueno, ya me salgo, me seco, me visto,
recojo la bolsa y el sombrero y, ¡listo!
gazpacho y lenguado en Casa Tomás.
En la mesa aún siento cierta agorafobia,
pero el vino es bueno... ya vendrá otra novia,
ésa de ahí, tan guapa... ésa otra, quizás...
Sé muy bien que algo falla,
pero, ¿acaso hago malengañando a la pena?
Gracias mil a la playapor su apoyo moral...
su granito de arena.
Y de este me deprime lo bien que escribe… ¡que envidia mas insana!