26 abril 2011

El disco de nunca acabar


Cuando empezamos a grabar “Gigantes” decidimos tomarnos la grabación de otra manera, me explico:

 “Ritmos de Vida” se grabó en los 4 fines de semana de un mes de verano (no consigo recordar cual) de 2007 con bastante tensión por mi parte. Era la primera vez que me metía en un estudio y es difícil saber si está quedando bien algo que no sabes cómo quieres que quede. Me dejé llevar por completo y nunca llegué a sentirme contento al 100% con el resultado pero fue una primera aproximación muy respetable.

“Clave de Luna” se grabó durante una semana completa de septiembre de 2009 con las ideas algo más claras pero aun con mucha improvisación en la producción. Esto unido a que en los conciertos había empezado a aprender a cantar hizo que la grabación fuera más tranquila, más rápida, más divertida… El disco quedó precioso pero justo al terminarlo se empezó a fraguar lo que actualmente es la banda de los directos y este empezó a sonarme demasiado acústico (casi cantautoril) comparado con los conciertos.

“Gigantes” nace de la necesidad de reflejar  la fuerza de los directos en un disco y esta vez nos metemos al estudio con las ideas bastante claras, siempre dejando hueco para que la producción ayude a que el sonido sea redondo y distinto al resto de discos. Por otro lado hemos decidido hacerlo con calma, escuchando las tomas y dejando reposar las canciones entre grabación y grabación. Por un lado esto ayuda a que el resultado esté siendo perfecto (al menos para mí) por otro se me está haciendo eterno. Esta vez todo es más complicado y eso, si lo sabes disfrutar, no es necesariamente malo.

Faltan dos tomas de voz, coros, violín, cello y repetir un par de cositas que no nos acaban de matar.  Luego la mezcla y el diseño.  Ahora mismo no le veo fin, pero sé que merecerá la pena.

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