Ayer cumplí 27 años. Con menos peso, menos pelo y más sueño de lo habitual. Volví a casa cubierto de confeti, cargado de regalos y con tantas demostraciones de cariño que me llegaron a sobrepasar. Puede que este año no haya empezado con vistas a ser el mejor de mi vida pero no puedo dejar de alegrarme por la cantidad de gente que me rodea y se empeña en hacerme sonreír a diario.
Este viernes lo celebraré como cada año sobre el escenario y prometo hacerlo especial. Habrá invitados, canciones nuevas, regalos, palmeritas… Es el último concierto que tenemos programado y detrás vendrá un parón (no sabemos como de largo) para componer, descansar y curar alergias. Pero prometemos volver.
¿Nos vemos?
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