Cuando grabé Ritmos de Vida, no hice una presentación oficial, directamente edité el disco y lo puse a la venta. Un día, en uno de los pocos conciertos queda daba por aquellos entonces, se me presento una chica muy nerviosa (tanto como yo) con el disco entre las manos y me dijo: “No sabes la cantidad de cosas que siento cada vez que oigo Ritmo de Vida”. Claro… yo me quede con la boca abierta (en manchego, con las patas vueltas o to picueto). Probablemente recuerde ese momento y a esa persona durante toda mi vida. Pero siempre me quedó la espinita de no haberle podido hablar del disco, explicárselo y en realidad “vendérselo” en directo antes de que lo oyera.
Ahora tenemos la oportunidad de hacerlo. Tengo mis 1000 copias en casa, pero he decidido no venderlas hasta el día de la presentación. Aun así hay gente que ha ayudado tanto a que las cosas salgan bien, que es imposible negarles la primicia.
Lo bueno de esto es que un día abres un Blog y oh! (gracias señorita Miente)
Léela aquí
2 comentarios:
que bonito lo que dicen de ti y tu disco, sobre todo porque es verdad.
A veces, las mentiras no son más que verdades...
Un beso enorme, Adri!!!
carmen.-
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